Gente petarda
Si a alguien le parece exagerado quejarse airadamente de los petardos navideños, no tiene más que imaginar que debe pasar la Nochevieja en Ucrania mientras los misiles rusos pasan por encima de su cabeza. Así es como los animales domésticos y las personas con autismo interpretan este ruido infernal y enfermizo de los petardos: como una batalla campal en la que su vida está en juego.