En la escena del crimen (Microrrelato de Francisco Rodríguez Criado)
–Interesante… ¡Whisky añejo de malta! –sentenció con fino olfato.
–¿Alguna pista, señor? –preguntó su ayudante, intrigado.
–¡Elemental, querido Watson: este hombre tenía un gusto exquisito!
Watson miró cariacontecido al eficiente Sherlock Holmes, a cuyos pies se encontraba el cadáver de un famosísimo abogado, un maestro de la negociación para quien la ley no tenía secretos.