Fuiste el rey. La novela de los innominados

Fuiste el rey, Fernando Ariza

El personaje principal, curiosamente el único cuyo nombre desconocemos, no parece amar nada en esta vida, al menos no lo suficiente. (Recordemos a Pascal: “Quien no ama demasiado no ama lo suficiente”). No tiene grandes aficiones (más allá de su irregular amor a los libros), grandes objetivos ni grandes deseos. Sabemos más de él por lo que no ama que por lo que ama. En cierta manera, lo que queda de él es una proyección sesuda de sus frustraciones.