Babel. Quien no arriesga no gana

Desde que ejerzo mi condición de padre azaroso, procuro no leer, ver ni escuchar nada que tenga que ver con el sufrimiento de los niños. Por este motivo, hace unos días estuve a punto de dejar de ver Babel (Alejandro González Iñárritu, 2006) a mitad del metraje.

No lo hice, me puse la coraza y aguanté hasta el final la película interpretada por Brad Pitt, Cate Blanchett y Gael García Bernal entre otros. Y me alegro mucho de haber sobrevivido a la desagradable tensión que me estaba provocando la historia, porque, una vez terminada, comprendí y agradecí el juego narrativo al que nos habían convocado sus responsables.

Babel, ganadora del Globo de Oro a la mejor película dramática en 2007, candidata a siete Premios Oscar (entre ellos, mejor película y mejor director), tiene un guion peculiar, muy bien hilvanado, que va dosificando en estudiada morosidad la información hasta el punto de que solo al final estamos en disposición de ensamblar ese puzle compuesto de tiempos y escenarios que parecían inconexos entre sí.

Creo que todo escritor debería leer esta película para ampliar su catálogo de registros narrativos. Y he escrito bien: “leer esta película”. Lo poco que yo sé de construir narrativa lo he aprendido de los libros y de los buenos escritores, pero también de las películas. Mi última novela —y perdón por la autocita— está armada a la manera de Babel, tomando piezas del puzle de aquí y allá, aparentemente por capricho del personaje narrador femenino, de tal forma que solo después de muchos capítulos la historia acaba por tomar forma.

Con este modus operandi narrativo que rompe la linealidad canónica es posible perder a lectores que van a lo sencillo y no están para grandes esfuerzos; pero, por otra parte, podemos ganarnos el interés y el respeto de esos “lectores macho”, en palabras de Julio Cortázar, a quienes no les asustan las dificultades.

En fin, como dice el refrán: “Quien no arriesga no gana”. (Siempre y cuando, claro, arriesgar no implique volver loco al lector).


Francisco Rodríguez Criado, escritor, corrector de estilo, columnista en El Periódico de Extremadura y crítico literario en El Debate.


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